En invierno, tiramos de infusiones y tan felices, porque hay mil variedades, están buenísimas y además nos sientan de maravilla. Pero cuando llega el calor o simplemente queremos algo con un poco más de chispa… la cosa se complica y las opciones se reducen drásticamente: más allá del agua con gas, no hay donde elegir. Por eso, cuando la kombucha apareció en mi vida, fue una auténtica revelación y sentí la necesidad de compartir con todo el mundo este fascinante descubrimiento, que sorprendentemente existe desde hace milenios.
EL PODER DE LA FERMENTACIÓN EN CADA SORBO
La kombucha es un té fermentado gracias a una combinación de levaduras y bacterias vivas, un cultivo que se conoce como SCOBY. El resultado es una bebida con un sabor único, a medio camino entre lo dulce, lo ácido y un toque avinagrado, además de una ligera carbonatación natural fruto de la fermentación. Se puede disfrutar en su versión original o con un sinfín de sabores: limón, jengibre, granada… y si te animas a hacerla en casa, incluso con Ningxia Red.
Al ser una bebida fermentada, es una excelente fuente de probióticos y está cargada de ácidos orgánicos, enzimas y minerales, ideales para cuidar la microbiota, mejorar las digestiones y ayudar a depurar el organismo.
HISTORIA
La kombucha es mucho más que una bebida: es un microorganismo con miles de años de historia, originario de Manchuria, donde se ha consumido por más de 3,000 años. Cuenta la leyenda que fue el Dr. Kombus quien la llevó a China alrededor del 230 a.C., utilizándola como elixir de longevidad.
A mediados del siglo XX, un pequeño pueblo industrial entre China y Rusia llamó la atención porque sus habitantes tenían una esperanza de vida sorprendentemente alta, a pesar de vivir en un entorno con bastante contaminación. Tras diversas investigaciones, se concluyó que el consumo habitual de té de kombucha podría ser una de las claves de su bienestar. A partir de ahí, esta bebida comenzó a expandirse por el mundo.
El cultivo vivo que ha llegado a tus manos no es cualquier cosa: tiene miles de años de historia y ha pasado por generaciones de familias, conservando su esencia a lo largo del tiempo.
Desde sus orígenes en China, Corea, Japón e India, la kombucha emprendió un viaje increíble: cruzó Rusia hasta Europa Oriental a principios del siglo XIX y, con el paso de los años, llegó al norte de África, Estados Unidos y América del Sur.
Gracias a su reputación como bebida saludable, la kombucha ha trascendido culturas y continentes, convirtiéndose en un auténtico símbolo de tradición, longevidad y bienestar.
Beneficios del consumo de kombucha:
💜Aporta una sensación general de bienestar
💜Aumenta la energía y vitalidad
💜Mejora la salud sexual y potencia el deseo
💜Ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad
💜Contribuye al cuidado de las articulaciones, controlando la artritis y el reumatismo
💜Regula el tránsito intestinal y alivia problemas como el estreñimiento y las hemorroides
💜Favorece la regeneración celular, ayudando a combatir la arteriosclerosis
💜Mejora el aspecto de la piel, combatiendo impurezas, eczemas y psoriasis
💜Tiene propiedades depurativas, ayudando a eliminar toxinas del organismo
💜Reduce y estabiliza la presión arterial y los niveles de colesterol
💜Alivia dolores articulares y previene la gota
💜Refuerza el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones
💜Favorece el crecimiento saludable del cabello y las uñas
⇨ No pasteurizada. Queremos que conserve su efecto probiótico, ya que, si está pasteurizada, perdemos sus microorganismos vivos y sus beneficios para la microbiota.
⇨ Con carbonatación natural. Nada de gas añadido. Las mejores kombuchas son las que desarrollan su burbuja de manera natural durante la fermentación, ya que son más digestivas y no provocan hinchazón.
⇨ Con poco azúcar residual. Para que la fermentación ocurra, los microorganismos necesitan azúcar, pero esta debería consumirse casi por completo en el proceso. Si la kombucha tiene demasiado azúcar al final, la fermentación sigue en la botella, desequilibrando el gas y el sabor.
⇨ Sin azúcar añadido ni edulcorantes. Queremos un refresco saludable, no un refresco disfrazado. Lo ideal es elegir kombuchas con menos de 2-3 g de azúcar por cada 100 ml.
COMO HACER KOMBUCHA EN CASA
Ingredientes:
- Scoby
- Agua Mineral
- Líquido activador*
- Té verde o negro
- Azucar blanco
*El cultivo iniciador es kombucha sin sabor, que ha pasado la 1ª fermentación. Si compras un scoby, suele incluir un poco. También puedes usar kombucha sin pasteurizar comprada en una tienda.
Utensilios y Materiales:
- Un cazo para hervir agua
- Colador
- Un recipiente de vidrio de entre 2 - 5 litros
- Una banda o goma elástica
- Un paño de cocina (o dos)
- Botellas de cristal con cierre hermético
Para elaborar kombucha hay que fermentar el té.
Este es el proceso:
1ª Fermentación: Suele durar entre 8 y 12 días. Durante este tiempo, el té dulce se fermenta gracias al té iniciador y al scoby. Como resultado, tendrás una kombucha sin sabor y con poco gas, pero se puede tomar así.
2ª Fermentación o Maduración: Es opcional. Sirve para añadir algún sabor. Hay que embotellar de forma hermética y dejarla entre 3 y 5 días a temperatura ambiente. Además, así se consigue que tenga burbujas.
- CÓMO PREPARAR LA 1ª FERNETACIÓN
1️⃣ Calienta el agua hasta que hierva. Apaga el fuego, añade el té y déjalo infusionar durante 10-15 minutos.
2️⃣ Añade el azúcar al té caliente y remueve bien hasta que se disuelva por completo.
3️⃣ Cuela el té y viértelo en un tarro de cristal. Espera a que se enfríe hasta alcanzar unos 20-30°C.
4️⃣ Cuando la mezcla esté fría, añade el cultivo iniciador y el SCOBY con cuidado.
5️⃣ Cubre el tarro con un paño limpio y fíjalo con una goma elástica para permitir la circulación de aire sin que entre polvo o insectos.
6️⃣ Déjalo reposar a temperatura ambiente, en un lugar sin luz directa y con buena ventilación.
7️⃣ No lo muevas ni lo abras durante los primeros días. Es importante dejar al SCOBY hacer su trabajo sin interrupciones.
8️⃣ A partir del día 5, puedes probar la kombucha. Cuanto más tiempo pase, más ácida será, ya que el azúcar se irá consumiendo. Encuentra el punto que más te guste, ni muy dulce ni muy avinagrado.
9️⃣ ¡Lista para tomar! Si quieres darle más sabor y un extra de gas, puedes hacer una segunda fermentación con frutas, especias, jengibre... o Ningxia Red
- SEGUNDA FERMENTACIÓN: más sabor y burbujas
¡Ahora sí, llegamos al momento más divertido! Es hora de darle sabor a tu kombucha y hacer que tenga esas burbujas naturales que la hacen aún más especial.
1️⃣ Añade 50-70 g de fruta triturada a cada botella. Puedes usar fresa, piña, kiwi, uva… ¡las opciones son infinitas! Experimenta con tus combinaciones favoritas.
2️⃣ Retira el SCOBY de la kombucha. Si quieres hacer otro lote, reserva un poco de kombucha como cultivo iniciador para la próxima tanda.
3️⃣ Remueve bien la kombucha antes de embotellarla. Así las levaduras se distribuirán mejor y conseguirás una fermentación más equilibrada.
4️⃣ Vierte la kombucha en las botellas, dejando 2-3 cm de espacio en la parte superior. No las llenes hasta arriba para evitar derrames por la presión.
5️⃣ Cierra las botellas herméticamente. Si usas tapón de rosca, ajústalo lo más fuerte posible.
6️⃣ Déjalas fermentar durante 2-3 días a temperatura ambiente. Yo suelo guardarlas en un armario oscuro para que la fermentación se haga de forma óptima.
7️⃣ Cuando pasen esos días, mételas en la nevera. Esto detendrá la fermentación y, además, fría estará mucho más rica.
¡Y listo! Ahora solo queda abrir con cuidado y disfrutar de tu kombucha casera.
TIPS EXTRA para una kombucha perfecta:
● Elige bien el recipiente
Debe ser de vidrio, porcelana, barro glaseado o acero inoxidable. El vidrio es la mejor opción. Nunca uses contenedores de metal (excepto acero inoxidable), ya que los ácidos de la fermentación pueden reaccionar con el material y contaminar la bebida.
● El azúcar es imprescindible
No uses miel, stevia ni otros edulcorantes. El Scoby necesita azúcar para alimentarse y reproducirse, así que respétalo para que tu kombucha fermente correctamente.
● Agua mineral y sin cloro
Si usas agua del grifo, déjala reposar en un recipiente abierto durante dos días para que el cloro se evapore. El cloro puede dañar al Scoby y afectar la fermentación.
● Empieza poco a poco
Para el primer cultivo, lo ideal es comenzar con 2 litros de agua. A medida que vayas cogiendo experiencia, puedes aumentar la cantidad hasta 5 litros.
● ¿Manchas blancas? Tranquilidad
A partir del tercer día, es posible que veas manchas blancas en la superficie. No es moho, es un nuevo SCOBY en formación. No agites el recipiente, déjalo crecer tranquilo.
● El nuevo SCOBY tomará la forma del recipiente
Si usas un tarro ancho, el Scoby será más delgado; si es estrecho, crecerá más grueso.
● Levadura marrón = buen signo
Si ves trocitos marrones flotando, no te preocupes, es solo levadura. Es totalmente normal y beneficiosa para la kombucha. ¡No la quites!
● La familia siempre unida
Cuando el Scoby crezca y genere "bebés", no los separes demasiado pronto. Y si tienes muchos, puedes hacer un hotel de Scobys para guardarlos y usarlos en futuras fermentaciones.
Este artículo se basa en conocimientos adquiridos a través de diversos artículos leidos en:
www.kombucha.es
www.comosoy.es
www.kampanera.com
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